Para comprender las
interacciones que hoy se dan entre las juventudes es necesario entender antes
que nada los modelos de vida exigidos en la era de la información. Como apunta
en varias de sus obras el filósofo y sociólogo polaco Zygmunt Bauman, habitamos
un mundo en que las relaciones sociales han venido siendo reemplazadas por las
conexiones sociales, lo cual implica la desterritorialización del cuerpo además
de la supremacía de lo transaccional, simple y ligero sobre lo afectivo,
complejo y duradero; el “abrazo” o “la visita” se ven anticuadas ante las posibilidades
ofrecidas por el “Servidor de chat”, el “Guiño” y el “Botón de Like”.
Entre las llamadas
redes sociales de Internet, Facebook se posiciona sobre las demás,
permaneciendo su vigencia en la región latinoamericana. Según la última
encuesta de hábitos virtuales en Colombia cerca del 100% de los jóvenes entre
15 y 17 años de edad y el 92% que están entre de 18 y 24 han abierto cuenta en Facebook, lo cual termina
por corroborar que sin lugar a dudas ésta es la red social de internet
preferida por los jóvenes de temprana edad en el País.
¿Pero qué tiene
la red social Facebook que ha logrado cautiva a la gran mayoría de jóvenes en
Colombia? Además de prevalecer como un servidor multifuncional con un sinnúmero
de aplicaciones y posibilidades el “Carelibro”
funciona bajo un modelo de personificación ficcionada que se presenta atractivo
ante las nuevas generaciones marcadas por el goce de la tecnología y la
virtualización. Cuando una persona se convierte en usuario de Facebook accede
automáticamente a la construcción de un perfil, allí puede postear sus
fotografías, opiniones, describir sus gustos personales e incluso publicar
minuto a minuto sus quehaceres cotidianos, en última instancia los jóvenes de
temprana edad mayoritariamente utilizan esta plataforma como escenario de autopublicitación,
es por ello que se puede aludir que “aquel que no está en facebook es como si
no existiera”.
Como lo apunta
el chileno Martin Hopenhayn, Director de la división de Desarrollo Social de la
CEPAL, la globalización obliga a la integración de materiales simbólicos para
la sobrevivencia política y el intercambio cultural de las comunidades; igual
suerte corren las personas, sobretodo el sujeto juvenil, la no alineación significa
no solamente una relegación generacional sino la imposibilidad de acceder a
consumos simbólicos de vanguardia.
Independientemente
de la condición social, económica, política, sexual o cultural, la conectividad
a través de las redes sociales se ha convertido en un fenómeno que amerita ser
estudiado desde enfoques diferenciales puesto que representa nuevas
perspectivas vinculares entre las poblaciones del mundo. En Medellín no se han abierto
muchas puertas para la investigación social que indague sobre el trasfondo de
los usos y la percepción de la interacción virtual que tienen los usuarios, ni
siquiera se ha realizado un esfuerzo suficiente para poner en evidencia los
factores de riesgo concernientes al compartimiento de contenidos en la red. En
conclusión, frente al tema de jóvenes en Medellín y redes sociales de Internet
existe todo un mundo por descubrir.
Muy buenas disertaciones, inexorablemente se debe avanzar en la compresión de las dinámicas que trae la virtualidad, la globalización y con ello el intercambio cultural, social, económico, político e ideológico, las posturas, imaginarios y nociones que se construyen desde la juventud, en América latina, Colombia y Medellín, y como esos elementos gestan nuevas formas de relacionamiento de unos con otros.
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